Un nuevo informe del American Immigration Council revela la notoria falta de rendición de cuentas y transparencia que afectan a la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos y su agencia matriz, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés). El informe, titulado “Sin Acción: Falta de Rendición de Cuentas por parte de la CBP en Respuesta a las Denuncias de Abuso”, analiza datos sobre la forma en que la CBP trata las quejas por abusos supuestamente perpetrados por agentes de la Patrulla Fronteriza. Aunque no es posible determinar cuáles de los casos registrados en los datos tienen mérito y cuáles no, lo que se observa claramente es que la mayoría de las denuncias terminan de la misma manera: “sin medidas adoptadas” en contra de los agentes de la Patrulla Fronteriza acusados de cometer abusos. Dado el historial de la Patrulla Fronteriza en materia de prácticas de abuso, es poco probable que muchos de estos casos carezcan de fundamento.
Los datos, que el American Immigration Council obtuvo a través de una petición en el marco de la Ley de Libertad de Información (FOIA, por su sigla en inglés), abarcan 809 denuncias de presuntos abusos radicadas contra agentes de la Patrulla Fronteriza entre enero de 2009 y enero de 2012. Según los datos proporcionados por la CBP, “abuso físico” es la razón más frecuentemente alegada en las quejas, representando un 40 por ciento de todos los casos, seguida por “uso excesivo de la fuerza” (38 por ciento). Entre las 809 quejas formales presentadas contra la agencia, 472 (58.3 por ciento) resultaron en la “no toma de ninguna acción”, mientras que el 40 por ciento de las quejas (324) todavía se estaba investigando cuando el Immigration Council recibió los datos en respuesta a la solicitud FOIA. Seis denuncias resultaron en “orientación psicológica”, dos casos derivaron en procedimientos judiciales contra el autor, dos tuvieron como consecuencia una reprimenda oral del acusado, y dos más resultaron en un informe escrito. Sólo un caso resultó en la suspensión del autor del abuso. En otras palabras, entre las 485 quejas sobre las que se tomó una decisión formal, la “no toma de ninguna acción” representa el 97 por ciento de todos los resultados.
Las conclusiones del informe del Immigration Council están respaldadas por otras investigaciones que han demostrado que el abuso físico de individuos detenidos es un problema sistémico en la CBP. Por ejemplo, según una encuesta realizada entre 2009 y 2012 por el Estudio sobre el Cruce Fronterizo de Migrantes, un 11 por ciento de los deportados recientes entrevistados en México reportó haber sido golpeado, empujado, agarrado, o agredido físicamente mientras estaba detenido en los Estados Unidos. Asimismo, un informe de 2011 de No Más Muertes encontró que un 10 por ciento de los deportados había reportado maltrato físico a manos de autoridades estadounidenses. Y, en la misma línea, un estudio de salvadoreños deportados entre 1999 y 2000 halló una tasa de abuso de un 16 por ciento
Hace años que se viene denunciando a los agentes de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos por ignorar rutinariamente los derechos constitucionales y otros derechos legales de los inmigrantes y ciudadanos de los Estados Unidos . Más precisamente, los agentes de la Patrulla Fronteriza suelen sobrepasar de manera frecuente los límites de su autoridad mediante el uso de fuerza excesiva, la ejecución ilegal de incautaciones, la realización de arrestos en base a motivos raciales, la detención de personas en condiciones inhumanas y la deportación de personas de los Estados Unidos a través del uso de la coerción y la desinformación. El informe del Immigration Council añade nuevos datos al creciente cuerpo de pruebas que documentan cuán graves y generalizados son en realidad los abusos perpetrados por la Patrulla Fronteriza.
Photo Courtesy of U.S. Customs and Border Patrol.
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